Diego Arria, radicalismo y justicia.

Londres, 13.01.2013 - Pongo aqui el ultimo video de Diego Arria. Antes de expandir con mis opiniones, debo hacer algunas revelaciones, y aclarar, que fui contratado y trabaje con Diego durante la campaña presidencial del 2006. Desde entonces, he mantenido lo que se puede denominar como una cordial, si acaso lejana, relación con Diego. En Octubre de 2011, Diego estuvo por Londres y conversamos sobre su participación en las elecciones primarias. Desde un principio pensé, y recuerdo habérselo dicho, que veia su rol como el perfecto canciller, habida cuenta de su dilatada trayectoria diplomatica, que lo llevó a ser incluso asistente del entonces Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan. Cualquier persona minimamente versada sobre asuntos de diplomacia y geopolitica internacional sabe que llegar a ese tipo de cargos, en instituciones multilaterales como la ONU, requiere pero que mucha mano izquierda, mesura, y habilidad. Pensé, y recuerdo haberselo dicho, que su candidatura en las primarias no llegaria lejos. Y Diego me dijo algo interesante,  palabras mas o menos, me respondió "lo sé, pero alguien tiene que decir las cosas que la oposición establecida se ha negado a reclamarle a Chavez."

Dicho lo anterior, encuentro increíble que se califique a Diego Arria de radical. Encuentro inaceptable que se ose argumentar que exigir el cumplimiento de preceptos constitucionales es asumir una postura radical. Es un insulto a la inteligencia, y aquellos, tanto opositores como chavistas, que acusan de radicales a quienes, como Diego, exijen el respeto a la constitución deben ser expuestos al escarnio publico, y ridiculizados como lo que son, colaboracionistas del regimen. Venezuela no soporta ya actitudes maniqueas e irresponsables. Venezuela no soporta más el atajo de gorrones de todo tipo, de explotadores y parasitos pederastas, de narcotraficantes, de eunucos intelectuales, de pusilánimes, de lameculos rodilla-en-tierra, de apátridas, que mantienen el estatus quo, por intereses personales, en detrimento del bienestar nacional.

El que Chavez haya transferido la soberania a los dictadores cubanos, y asuntos de exclusivo interes y competencia de nuestra sociedad esten siendo decididos por esos malditos comunistas, es total y absolutamente inaceptable. Intolerable. Y no es resultado de acciones de la ultima semana, o el ultimo mes. Esa transferencia de soberania empezó el mismo dia que Chavez acudió al dizque "formalismo" de ser juramentado en enero de 1999. Desde entonces hemos devenido en colonia cubana. Me atrevo a decir que a ningún chavista, de esos ignorantes que todavia creen en el golpista apátrida, se le ha preguntado jamás si está de acuerdo en ceder a dictadores cubanos su derecho a decidir su futuro. Ello ha sido una decision personal y unica del Mussolini de Sabaneta. Y es, digamoslo abiertamente y con responsabilidad, una traición a la patria. Hugo Chavez es un traidor a Venezuela, a sus instituciones, a su pueblo, a sus costumbres republicanas, a su democracia, a su gesta independentista. Hugo Chavez es un traidor a Bolivar, de quien se podrá decir muchas cosas, buenas y malas, pero apátrida desde luego que nunca fue. Todo lo contrario.

Golpista, apátrida y traidor. Vaya adjetivos los que definen al lider de la mayoría de los venezolanos. Ojalá y se termine de morir bien pronto el mayor incitador de odio que nuestro pais ha tenido desde Boves, y ojalá que sufra un minimo del tomento y miseria que ha impuesto en Venezuela, antes de abandonar este mundo. La justicia divina existe, Chavez se puso en manos de sus "cuidadores", y de la dizque mejor medicina, y están acabando con su vida. Menos mal. Individuos como Chavez no merecen ni el respeto, ni la consideración de nadie. Por cuanto sus malas acciones anulan y con mucho las buenas, que las hay. Acción y reacción, what goes around comes around. No es radicalismo, es justicia. Y así como Chavez sólo es digno de desprecio, quienes colaboran con él, sean chavistas o de oposición, deben ser apartados de cualquier intento de formar una sociedad libre, soberana, y democratica. La auto determinación de un pueblo no puede fundarse con apátridas.