reo3.
(Del lat. reus).
1. com. Persona que por haber cometido una culpa merece castigo.
2. com. Der. Demandado en juicio civil o criminal, a distinción del actor.
1. com. El que ha cometido un delito contra la seguridad del Estado.
http://lema.rae.es/drae/srv/search?key=reo
“Uno de esos periodistas es reo de la justicia venezolana por delitos de estupefacientes, robo de vehículos y lesiones y tiene auto de detención a ser ejecutado apenas llegue a Venezuela porque hasta orden de captura en el CICPC pesa contra él.”
Imagino que, en ese contexto, te referirás al uso en derecho del vocablo: “Demandado en juicio civil o criminal, a distinción del actor.” Por favor corrígeme si no es así.
Entonces, “demandado en juicio civil o criminal...” ¿Quién me ha demandado Henry, la “justicia venezolana”? ¿Cuál es esa? ¿La que encarcela jueces por seguir al pie de la letra mandatos de leyes vigentes? ¿La que mantiene preso ilegalmente al amigo ese que defiendes? ¿Aquella cuyos máximos custodios cantan al unísono “Uh, ah, Chavez no se va”? ¿La que irrespeta de forma sistemática los derechos humanos, civiles y políticos de todos los venezolanos, y se pasa por el forro el debido proceso? ¿De esa “justicia” soy “reo” Henry? Y a mucha honra. Es más, seguiré tu consejo, de no enfrentar un sistema de "justicia" en el cual el régimen siempre gana.
Por lo menos has tenido la delicadeza de enunciar correctamente los “delitos” que la “justicia venezolana” dices que me atribuye. Te lo agradezco. Si te fijas bien, esa “orden de captura en el CICPC”, que dizque “pesa contra” mi persona, y a la cual sin duda te refieres, me atribuye un delito que ni siquiera está tipificado en las leyes venezolanas, como lo es el “tráfico de estufepacientes”. Como lo lees Henry, "estuFEpacientes". Si tu rigurosidad intelectual lo permite, también te podrás dar cuenta de la fecha en dicha “orden de captura”: 05/2008. Hasta un número de expediente tiene. Pero fíjate que la ”justicia venezolana” esperó como hasta febrero de 2013 para filtrarle a algunos medios anónimos, y otros afines al régimen chavista, dicha “orden de captura”. Y luego, en mayo de 2014, para darle mayor "credibilidad" al asunto, hasta una foto le agregaron. ¿Por qué Henry? Cinco - seis años para notificarme, y no a través de edictos públicos de un tribunal competente en medios de comunicación relevantes, como debe hacerse en debido proceso y de eso sabrás más que yo, si no, como te digo, en blogs anónimos y páginas de figuras de nula credibilidad. ¿Es a esa “justicia” ante la cual debo, como sugieres, ponerme a derecho?
Los medios que se han dado a la tarea de publicar sobre mi supuestos problemas con la “justicia venezolana” son editados por gente arrecha. Debo admitirlo Henry, y espero me disculpes el uso del vernáculo, pero no le cabe otro adjetivo. Imagínate lo arrechos que son, que revivieron a mi madre, quien murió de cáncer en 1983, y la pusieron dizque a dirigir una supuesta “banda de narcotraficantes” a partir del 2006. Y no queda ahí el asunto, no, la capacidad de resucitar gente es tan arrecha, que también resucitaron a Hugo Chavez, a quien afirmaron ver paseando de lo más normal un día antes de que su ungido anunciara al mundo que Chávez había muerto. En esos medios estás basando tus alegatos en mi contra Henry.
No sabes cuánto te agradezco el hacer público el hecho de que el CICPC planea ejecutar un “auto de detención” en mi contra “apenas llegue a Venezuela”. Se ve que te tienen bien informado.
Si de reos hemos de hablar estimado Henry, ¿cuántas de las personas que mencionas en tu reciente carta pública están libres de demandas en juicios civiles o criminales? ¿No han sido acaso tus familiares demandados civil o criminalmente en alguna oportunidad? ¿Te refieres a ellos como reos también, cuando hablas con ellos? Cuando visitas a tu amigo Víctor en la cárcel, si es que lo visitas, qué le dices, “qué hubo hermano” o “qué hubo reo”? Imagino que habrás explicado hasta la saciedad, en tus visitas a Víctor y a toda esa gente que Acción Demócratica defiende, que el más absoluto y estricto respeto al debido proceso caracteriza la “justicia venezolana”. ¿O les dices que no tienen chance de ganar?
¿Y tu Henry, en tu dilatada trayectoria política y firme postura contra la corrupción, acaso no has sido alguna vez “Demandado en juicio civil o criminal”?
Entiendo que mis escritos te han causado grandes molestias. A ti, y a muchos más, y en ello, compartimos el orgullo de medir el impacto de nuestra compartida lucha contra la corrupción, en función de las reacciones que nuestras denuncias generan en aquellos a los que hemos denunciado. Imagínate la clase de reacciones que mis investigaciones causan Henry, que mandaron a robar el apartamento donde vivo en Londres, y me amenazaron con abusar sexualmente de mis hijas.
Entiendo que incluso te tomaste la molestia de llamar a conocidos en común, a solicitar que cesase en mis “canalladas” en tu contra. No hay tal, Henry. Errónea, y evidentemente, pensé que tu postura contra la corrupción era tan intransigente como la mía, y por ello, repito sin fundamento, me dije “si mi suegro, o mi cuñado, estuviesen inmiscuidos en los guisos que se les atribuye, les pediría explicaciones de inmediato, y daría declaraciones al respecto”. Un error de mi parte, sin duda, quizás producto de aquel decir que seguramente habrás escuchado “la mujer del César no sólo debe ser honrada, sino parecerlo”, o de mi incólume postura para con los corruptos.
Me llama la atención tu afirmación de haber sido “informado” por personas que conocen mi “desempeño profesional”. ¿Quiénes son esas personas Henry? ¿Te molestaría expandir un poco sobre las “formas” que según tus informantes empleo a la hora de “buscar patrocinantes”? ¿O proviene esa afirmación del informe ese, anónimo como alegas, que recibiste?
He escrito un tanto sobre Derwick Associates. Su historia me sigue pareciendo fascinante. Es difícil resumir a veces los problemas de Venezuela, y en Derwick Associates he encontrado el reducto que todo lo explica. Todas las colusiones políticas y financieras, tráfico de influencias, corrupción, enriquecimiento ilícito, nuevo riquismo, falsa filantropía, hipocresía, ausencia de ética, abuso de poder, duplicidad, banalidad, superficialidad, carencia ética, irrespeto a la nación y a todos sus habitantes, nepotismo, y desfachatez idiosincrásica de cierta clase “empresarial” venezolana puede ser observada, estudiada y analizada con Derwick Associates. No incluiré amoralidad, pues ha de existir la moral de enriquecerse a toda costa para llevar a cabo tales acciones. Pero no me atribuyas la “canallada” de haberte relacionado con Derwick, eso le corresponde, como bien dices, a “una de las grandes conquistas de la civilización contemporánea que es la individuación e intransferibilidad de la responsabilidad” (sic), ciertamente “personalísima.”
Por cierto, existen demandas contra tu cuñado Francisco D'Agostino. Si, como afirmas, que nada sabes y no tienes por qué saber de los negocios de Derwick, ¿cómo explicas la temeridad de afirmar públicamente que tu cuñado no es socio de Derwick? En qué quedamos Henry, ¿sabes o no sabes? Pregúntale a tu cuñado si acaso está relacionado o no con Derwick, y de estarlo, si acaso obtuvieron todos esos contratos del régimen chavista en buena lid, y no, como se presume hasta que se demuestre lo contrario, pagando sobornos, que historica y tradicionalmente es la forma de "hacer negocios" en Venezuela.
Medios de incuestionable reputación han informado sobre investigaciones que agencias federales de los EEUU han iniciado sobre Derwick, incluyendo a tu cuñado. Tu suegro, Franco, también ha sido demandado en el pasado, tanto en Venezuela como en EEUU. ¿Los asuntos legales tuyos cómo andan? ¿Familia de reos entonces Henry?
Como no espero que un sólo medio en Venezuela, independiente o no, se haga eco de ésta respuesta a tus ataques, te propongo, si acaso es de tu interés y con la esperanza de que tu capacidad para dialogar no se limite a hacerle el juego al régimen chavista, que me desbloquees en Twitter, para poder continuar con éste debate sobre asuntos de gran importancia para el futuro de nuestro país.